Todo comenzó allá por 1982, cuando una madre llevó al cine a su hijo de 6 años por primera vez. En uno de aquellos cines de antes, de pantalla enorme, se proyectaba E.T., y, desde aquel día, aquel niño descubrió una indescriptible necesidad por repetir la experiencia, una y otra vez...

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Un golpe de altura

Se le da mucha cera a Brett Ratner, y puede que no sea del todo justo...O puede que no sea yo del todo objetivo. El caso es que es un tipo por el que yo siempre he tenido cierta simpatía, por dos motivos fundamentales. El primero es mi sentimiento de comprensión hacia el cineasta que fue vapuleado por el fandom marveliano por su trabajo en la tercera peli de los X-Men, que, aunque estaba lejos de las dos maravillas de Singer, no era tan espantosa como muchos afirmaron (de hecho incluía un prólogo retro con Charles Xavier y Magneto muy acorde con el estilo que todos hemos alabado este verano en X-Men; First Class...). El segundo es Prison Break, aquella inolvidable serie carcelaria en la que Ratner ejerció como productor y director del episodio piloto,y que en sus dos primeras temporadas me hizo pasar momentos trepidantes...




Y quizás haya un tercer motivo en mi defensa del sujeto, y es que hace unas pocas horas ha saltado la noticia de que Brett Ratner ha tenido que renunciar a producir la próxima gala de los Óscar por culpa de unos comentarios ofensivos para la comunidad gay. Aquí se puede leer la noticia, y a mi la verdad es que no me parece para tanto. Pero vamos al asunto, a la peli. Un golpe de altura es su último trabajo, una cinta que trata de incidir en el género de los robos, de los golpes maestros, un género en el que lo mejor ya se ha hecho, y en el que sólo nos quedan productos menores o simplemente correctos. Los tiempos de La jungla de asfalto o Atraco perfecto son historia.

Estamos ante la versión terrenal de Ocean's 11, un robo perpetrado por ladrones carentes de Armani pero no de sudaderas con capucha, en el que Ratner ha tenido que adaptarse a un reparto interesante pero de registros evidentemente limitados. Es quizás el tono cómico lo que termina por lastrar a la película, que, sin embargo, cuenta con un guión interesante y bien construído. Pero claro, por encima de todo ello, están Ben Stiller y Eddie Murphy.

Y su presencia condiciona la sensación que la cinta transmite. No hay, afortunadamente, ese tono de comedia amable y chabacana que los últimos trabajos de Eddie Murphy tenían (todo aquello de El Profesor Chiflado y demás bodrietes recientes), y tampoco se puede considerar que destile esa estupidez de las Noches en el Museo de Stiller. Pero no hay ni rastro de la comicidad genial de las mejores pelis de ambos.

Lo que tenemos es, por tanto, una correctita película de robos que se queda algo lejos de las más recientes (el Plan oculto de Spike Lee molaba más) y a la que no le beneficia la presencia de dos cómicos a los que no se les deja lucirse del todo. Se queda en tierra de nadie, lo que resulta triste teniendo en cuenta que, como decía antes, la trama está bastante bien elaborada.

Eso es, sin duda, lo mejor. El robo es creíble, los secundarios están muy bien, comandados por ese actor mayúsculo que es Alan Alda, y hay un par de escenas geniales, como el favor que la viejecita les pide a los cacos en plena faena o todo el jaleo del Ferrari colgado. Ratner, por su parte, no es un director capaz de impregnar un ritmo trepidante ni de sacar lo mejor de sus actores.

No va a ser ésta la peli que nos devuelva al mejor Eddie Murphy. Ni siquiera en su faceta de productor es capaz de reservarse momentos destacables. A mi me gustaba mucho su humor fresco de los 80, que comenzó con Superdetective en Hollywood y se apagó a partir de Noches de Harlem. Con todo, yo sigo creyendo que su elección como maestro de ceremonias en los próximos Oscar es un acierto, y espero que nos permita disfrutar con el alocado y lenguaraz cómico del Saturday Night Live.

Un golpe de altura se puede ver. No es un golpe maestro, y de hecho es algo chapucero en algún momento. Pero los he visto bastante peores. Lo mismo ocurre con su director, que no es Bryan Singer, Steven Spielberg o Quentin Tarantino, pero tampoco Shawn Levy, Tom Shadyac o Steve Oedekerk...

Mi puntuación en IMDb:6.

Ficha en IMDb

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