Fast & Furious 7

Algo curioso me pasa con la saga de los coches tuneados rápidos y furiosos: de las siete, he visto la 2, la 4, la 5 y la 7, y me han producido sensaciones diversas. Pero justo es reconocer que Universal ha sido capaz de convertir a la franquicia en la digna competidora de los superhéroes que lideran la acometida en taquilla de los demás estudios. Ni siquiera los dinosaurios de Jurassic Park han tenido esa solvencia a la hora de pelear en el box office (a la espera, claro de la nueva entrega que se estrenará en menos de un mes). Que una saga de coches y macarras haya alcanzado la séptima entrega y subiendo...merece un elogio. Por supuesto, esto no quiere decir que sean buenas. Pero, eso sí, honestas sí son...

Y es que solamente con ver el tráiler de esta última asumimos que se trata de acción sobre ruedas, ni más ni menos. En Universal han ido despojando a la saga de todo aquello que no sea goma quemada, alerones, chicas explosivas y bíceps descomunales. No es que las anteriores fuesen sesudas, desde luego, pero, a falta de ver la primera, sí recuerdo que en la segunda había una trama más o menos policial a la que se le añadía una generosa dosis de coches estrellándose.

En ese sentido, resulta simpática la propuesta. El propio Vin Diesel se desató con unas declaraciones afirmando que esta séptima peli debería de ganar el Oscar a la mejor película. Toma ya, con un par. A eso se le llama declaración de principios, o, lo que es lo mismo, identificación absoluta con una idea, con un plan, con un producto que a pesar de estar destinado, a priori, a jóvenes descerebrados y chonis varias, ha arrasado la taquilla haciendo frente a los mismísimos Vengadores.

La purga de todo aquello que no es acción sobre ruedas ha terminado por convertir a esta séptima Fast & Furious en una especie de torbellino increíble, un tour de forcé del que ya nos previene el personaje de Paul Walker al principio de la peli, cuando le dice a su retoño eso de "los coches no vuelan..." . Vaya si lo hacen.

En eso se ha transformado la saga. Yo recuerdo, allá por 1995, cuando James Bond volvió con el careto de Pierce Brosnan en Goldeneye, en la que disfrutábamos de una intro en la que 007 saltaba por un precipicio con un coche para perseguir a un avión, logrando pasar de uno a otro en pleno vuelo imposible. Aquello era auténtico cine de acción-ciencia-ficción, algo que perdonábamos porque se trataba de Bond. Aquí es Toretto, pero, qué demonios, nos gusta...

Me atrevo a pluralizar teniendo en cuenta las cifras de taquilla. Los coches de Fast & Furious 7 vuelan, bien porque tienen paracaídas, bien porque sus conductores son capaces de hacerles pasar de un edificio a otro, entrando por las ventanas. Ya no es suficiente con persecuciones espectaculares en el asfalto de toda la vida (las hay también, por supuesto). Ahora los bugas han de volar...¿Y en la 8?

No lo sabemos, pero el listón está alto. Aquí hay también importantes dosis de acción callejera, con peleas grandiosas que se ven beneficiadas con la presencia del gran Jason Statham, el carismático calvo que encaja a la perfección en el espíritu de la saga.

No quiero ser excesivamente benévolo. Pero tampoco quiero dejar de decir que me lo he pasado genial. De ninguna saga puedo decir que no me importa ir a ver una entrega sin haber visto alguna de las anteriores. No tengo ni idea de lo que ocurrió con el personaje de Gal Gadot, ni de alguna otra cosa, pero, qué mas da. Cuando me meto a ver una peli de éstas, me da lo que promete.

No es fácil la situación de Universal. No es poseedora de los derechos de ningún personaje comiquero, como sí tienen Disney, Sony, Fox o Warner, pero ahí están, con su Bourne, sus coches y sus dinosaurios. Yo me alegro por ellos, aunque sólo sea porque son los responsables de E.T, de Tiburón, de Regreso al Futuro...

Y otra cosa a favor del estudio: el homenaje final a Paul Walker es brillante, justo y emocionante.

Mi puntuación en IMDb:7.

http://www.imdb.com/title/tt2820852/?ref_=nm_flmg_act_2