Todo comenzó allá por 1982, cuando una madre llevó al cine a su hijo de 6 años por primera vez. En uno de aquellos cines de antes, de pantalla enorme, se proyectaba E.T., y, desde aquel día, aquel niño descubrió una indescriptible necesidad por repetir la experiencia, una y otra vez...

domingo, 2 de octubre de 2011

Daños y Perjuícios (Damages) (4ª temporada)

Cuando el blog se alojaba en la otra dirección, subí una entrada sobre la tercera temporada de Damages, que llevaba la coletilla en su título de ...y balance final. Podéis recordarla aquí. El motivo de la coletilla era que la cadena que emitía la serie decidió no renovarla tras aquella tercera entrega y la cosa parecía haber llegado a su final. Pero otra cadena (no las nombro porque no las recuerdo) se hizo con los derechos, y este verano emitió una nueva temporada, y ha anunciado que emitirá otra más. La cuarta, por tanto, es la última, la que yo he visto estos días. Puede que haya sido algo inferior, pero sigue contando con personajes estupendos. Los principales, Patty Hewes y Ellen Parsons, dos abogadas que llevan el peso de la trama desde el comienzo de la serie. Os hablo de la cuarta temporada...

Ellas son la serie. Por mucho que los guionistas introduzcan en cada temporada a nuevos personajes, Glenn Close y Rose Byrne se alternan en los momentos intensos, en las escenas clave. En esta cuarta entrega, hemos tenido otro de esos casos de injusticia flagrante que el personaje de Glenn Close, Patty Hewes, busca resolver para aumentar su reputación de mujer comprometida con los débiles. Sabemos desde la primera temporada que su verdadera cara es otra, y ahí está la maravillosa Ellen Parsons para frenarla.

Este nuevo caso nos remite a la guerra de Afganistán, a la lucha contra el terrorismo talibán y a los beneficios manchados de sangre de esos empresarios de la guerra que comercian con la muerte. Para encarnar al tipo sin escrúpulos, se han decantado, una vez más, por todo un icono de los 80. Si antes fueron Ted Danson, William Hurt, Martin Short o Campbell Scott los rostros ochenteros, ahora tenemos al genial John Goodman como malote de la función. Ése es, precisamente, uno de los aspectos de la serie que me gusta: estamos ante unareivindicación de los actores y actrices  de los 80 algo olvidados en la actualidad, desde la protagonista Glenn Close hasta todos los citados, pasando por otros algo menos conocidos como Tom Noonan o Fisher Stevens, que han aparecido en esta cuarta temporada.

Lo que hemos podido ver es otro enfrentamiento entre las dos abogadas, una pugna por borrar el poder de la veterana a cargo de la joven, y de mantenerse al frente de los casos jugosos frente a la pujanza de la nueva, a cargo de la veterana. Han sido varias escenas estupendas, protagonizadas por dos actrices que representan a la perfección lo mejor de su generación.

El caso que sirve de hilo conductor ha sido algo menos atractivo. El personaje de Goodman, el malo de la función, ha sido un estereotipo mil veces visto del típico facha yanki que además está corrompido hasta los tuétanos. Y por su parte, el interesante personaje encarnado por Dylan Baker, el teórico segundo malote, se nos ha ido diluyendo con el paso de los episodios.

Tampoco ha sido especialmente brillante el duelo entre Patty Hewesy su hijo por la custodia de la hija de éste, una trama algo despreciada por los guionistas, que sólo la incluyeron con alfileres, aunque el final de la temporada nos haga ver que dicha pelea dará juego en la quinta temporada.

Pero no me voy a quejar mucho. Damages, en su cuarta temporada, me ha permitido ir abriendo boca para disfrutar de las nuevas entregas de las series que estoy siguiendo a ritmo USA. How I met your mother, Fringe y The Big Bang Théory ya han estrenado nuevos episodios allá, y yo espero poder empezar a verlos en breve, si mi nueva situación, la misma que me impide ir al cine y actualizar esto con frecuencia,me lo permite.

Espero que sí. Y espero ya la quinta de Damages. Me gustan Patty Hewes y Ellen Parsons.

Ficha en IMDb.

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