Todo comenzó allá por 1982, cuando una madre llevó al cine a su hijo de 6 años por primera vez. En uno de aquellos cines de antes, de pantalla enorme, se proyectaba E.T., y, desde aquel día, aquel niño descubrió una indescriptible necesidad por repetir la experiencia, una y otra vez...

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Everest





Siempre he defendido la idea de que, al ir al cine, deberíamos tener claro qué vamos a ver, qué nos espera, no argumentalmente, por supuesto, pero sí en términos de género y estilo, sobre todo teniendo en cuenta todo el torrente de información que supone internet hoy en día. Y como yo no me informé sobre qué iba a encontrarme antes de ver Everest, me llevé un (pequeño) chasco….



 

Otra máxima que yo defiendo al referirme al cine, es que hay una peli, o un tipo de peli para cada momento. Esta maravillosa forma de contar historias nos permite casi siempre encontrar la película que mejor se adapta a nuestro estado físico o anímico. Yo, cuando decidí ir al cine a ver Everest, buscaba evasión, entretenimiento y, ya puestos, fantasmadas varias. Pero me encontré otra cosa.

En cine sobre alpinismo no está, creo, tan arraigado como para constituir un género en sí mismo. Pero yo tengo un recuerdo magnífico de Límite Vertical, una divertida peli de aventuras dirigida por el siempre competente Martin Campbell, y, sobre todo, de Máximo Riesgo, infravalorada joya del cine de acción que siempre me ha parecido, con diferencia, la mejor peli protagonizada por Stallone, gracias al estupendo trabajo de aquel Renny Harlin de los 90 que a mi tanto te gusta.

Pero éstas son dos películas muy alejadas de Everest. Y es que las pretensiones son radicalmente distintas. Si aquéllas eran pelis de evasión, ésta es una historia basada en un hecho real, lo que condiciona enormemente el tipo de cinta resultante. No hay trepidantes escenas en la alta montaña nevada, ni cabriolas arriesgadas para salvar la vida. Y eso es lo que yo no sabía. Tampoco la major de turno, en este caso Universal, ha mostrado la verdadera cara de su producto, como, por otra parte, es lógico: tanto el tráiler como, sobre todo, el póster de Everest, nos remiten a ese cine que yo, ese sábado por la noche, cansado y ansioso de adrenalina, esperaba encontrar.

Lo que sí hay es drama, sobriedad y muy buenas interpretaciones. Se nos cuenta la épica ascensión de un grupo de alpinistas en el que encontramos de todo, desde experimentados profesionales de la disciplina hasta tipos que simplemente han pagado para que les lleven a la cima. En ese sentido se enfatiza la clara intención crítica, se censura la mercantilización de una actividad de riesgo que se abre a cualquiera que pueda pagarlo, y que sólo busque la expiación de errores en su vida personal.

Y, en ese drama, apenas hay espacio para la acción. Estamos, claramente, ante una película de personajes, con perfiles que se nos presentan y explican con profusión, todos interpretados por actores y actrices muy buenos. Jason Clarke y Josh Brolin vuelven a demostrar carisma, Jake Gyllenhaal hace suyo un personaje dual e interesante, y Emily Watson hace lo de siempre, actuar muy bien. El interés colectivo por sacar adelante el proyecto se demuestra en los brevísimos roles de gente tan importante como Robin Wright, Keira Knighley y Sam Worthington, cuyo salario en esta peli habrá sido, probablemente, tan escaso como las pretensiones de blockbuster de la misma.

Todos ellos están dirigidos por el impersonal Baltasar Kormákur, director de 2 Guns o Contraband, por citar sus trabajos más conocidos. Sale bien parado del asunto, ofreciendo una visión de la historia ajustada al hecho real, sin ornamentos ni florituras. Sólo chirría, al principio de la ascensión a la montaña, esa escena en la que todos los alpinistas han de cruzar un agujero utilizando una escalera metálica situada horizontalmente, quizás el único momento adrenalínico de la película.

Todo lo demás, es, como digo, sobriedad, emociones contenidas al principio y desatadas después, con el trágico desenlace que ya se esperan quienes hayan leído el libro o conozcan la historia previamente.

Everest no es lo que yo esperaba, pero eso no significa, ni mucho menos, que sea una mala película. Y parece que ha funcionado bien en la taquilla de este primer fin de semana. Como si Universal lo necesitase este año, después de los dinosaurios, los Furious, los Minions y las Sombras de Grey

 

Mi puntuación en IMDb:7.


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