Todo comenzó allá por 1982, cuando una madre llevó al cine a su hijo de 6 años por primera vez. En uno de aquellos cines de antes, de pantalla enorme, se proyectaba E.T., y, desde aquel día, aquel niño descubrió una indescriptible necesidad por repetir la experiencia, una y otra vez...

martes, 22 de diciembre de 2015

Star Wars: El despertar de la fuerza



Aunque esto ya lo lee muy poca gente, prefiero avisar: no hay spoilers…

Una vez vista, resultan comprensibles las declaraciones de George Lucas: “el Episodio VII va a gustar mucho a los fans de la saga…”. Porque, como todo el mundo sabe, los fans de la saga adoran la trilogía clásica y detestan las precuelas. Efectivamente, este Episodio VII remite descaradísimamente a aquellas películas inolvidables. Quizás demasiado, y, precisamente por eso, a mi me ha gustado mucho, demasiado…



 

Considero que era imposible hacer una continuación mejor. El despertar de la fuerza contiene todos los elementos que hicieron grandes los episodios IV, V y VI. Da la sensación de que han querido apostar sobre seguro, y no salirse del canon, y les ha salido genial. Pero lo que a mi más me ha gustado ha sido que han repetido los aciertos, básicamente, en dos aspectos cruciales.

En primer lugar está el guión. Es evidente que en las tan denostadas precuelas la brillantez técnica y artística estaba garantizada. Pero aquellas historias  carecían del nivel de las siguientes. Lawrence Kasdan no había trabajado en un blockbuster desde El retorno del Jedi, en 1983, y su vuelta se nota mucho. Su guión, escrito en colaboración con el propio director J.J. Abrams y Michael Arndt tiene épica, drama, tragedia y un poquito de humor, todo en las adecuadas cantidades que tenían aquellas insuperables pelis. Y además la saga recupera la sana costumbre de presentar personajes fuertes, carismáticos e inolvidables. Todos, sin excepción, desde ese abrazable droide BB-8 (que, por cierto, ha desplazado al bueno de R2D2) hasta el último de los que dicen alguna frase, son buenos. Quizás sólo el líder supremo me chirría un poco.

Y el otro gran acierto es el cásting. Este Episodio VII va a servir para consagrar a un nuevo trío de intérpretes jóvenes. Daisy Ridley, John Boyega y Adam Driver bordan sus papeles. Nuestros viejos amigos que vuelven mantienen el encanto y secundarios como Oscar Isaac, Domhnall Gleeson y el gran Max von Sydow se integran a la perfección.

Después están aciertos que pueden parecer menores, pero que, de no haberse producido, lastrarían a la cinta y, quizás, a las siguientes películas de la nueva hornada. Por ejemplo, muchos nos temíamos que con Disney detrás el tono general se infantilizaría, y alegra comprobar que no ha sido así. De hecho, este Episodio VII presenta alguno de los momentos más oscuros, tétricos y hasta espeluznantes de la saga, siempre protagonizados por ese Rylo Ken que, de acuerdo, no es Darth Vader, pero que a mi al menos me gusta muchísimo.

De todo ello se derivan sensaciones que creíamos perdidas. El despertar de la fuerza es, en buena medida, el despertar también de la nostalgia, de un tipo de cine de aventuras que ya no se hace porque no se contrata a la genta adecuada como los mencionados Kasdan y Abrams, quien ya se había acercado con la que yo consideraba su mejor película hasta el estreno de su aportación a Star Wars, Super 8.

Justo es decir que el nudo en la garganta, el jolgorio, los aplausos, habían vuelto en 1999 con el estreno del Episodio I. Porque sí, conviene no olvidar que esta expectación desmesurada ya se vivió entonces, y que el de ahora no ha sido, como he leído y escuchado, el estreno más esperado de la historia. Sólo internet, que por aquel entonces no tenía la fuerza que tiene ahora, ha multiplicado el hype, pero quien haya vivido el estreno de La amenaza fantasma recordará lo que supuso en su día. Ya entonces contuvimos la respiración cuando aparecían los logos de la Fox (ése que ya no veremos nunca más) y Lucasfilms y empezaban a desfilar las letras amarillas. Ahora lo hemos vuelto a hacer, y mola mucho…

Y ya puestos, aprovecho para reivindicar y defender la trilogía de precuelas. Estaban a años luz de las clásicas, sí, pero eran películas muy estimables, con fallos gordos (Jar Jar Binks, midiclorianos…) y aciertos mayúsculos (Liam Neeson, Darth Maul, Conde Dooku…). Pero justo es decir que en la comparación con la nueva esperanza, El imperio y el retorno, prácticamente ninguna peli de aventuras saldría ganando, y sólo los tres primeros Indys podrían hacerles sombra.

A mucha gente este Episodio VII les ha defraudado porque la consideran casi un remake, creen que es demasiado deudora de las anteriores. Yo discrepo. Creo que escoger este camino no ha sido, como algunos sostienen, ni cómodo ni fácil. Más bien considero que era lo más difícil, captar la esencia, el espíritu, acertar de lleno en el cásting y, ante todo, preservar y mantener el legado.

Para mi, El despertar de la fuerza es un 10, aunque es peor que Una nueva esperanza, El Imperio contraataca y El retorno del Jedi, por la sencilla razón de que éstas llegaron antes. Admitámoslo, ya no estamos vírgenes de esos sentimientos. Se trata, simplemente, de que nos permitan volver a sentirlos. Y tipos como Lawrence Kasdan y J.J.Abrams nos lo han permitido.

 

Mi puntuación en IMDb: 10.


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