Me apetecía mucho ver esta peli, y escribir sobre ella, pero los motivos tenían más que ver con las ganas de recordar la maravillosa peli protagonizada por Charlton Heston, de la que nunca había hablado en el blog. Creía, por tanto, que la nueva revisión sería simplemente una excusa ideal para expresar lo mucho que me gusta aquella peli, y para hacer justicia a uno de los cineastas más olvidados por las nuevas generaciones de espectadores, un Franklin J. Schaffner que además de llevarnos a ese planeta simiesco nos contó unas cuantas historias estupendas más en el cine. Pero resulta que El Origen del Planeta de los Simios es mucho más que una excusa para todo eso. Los motivos, a continuación...
La de los simios es una de esas sagas que la Fox tenía que recuperar. Y llevaba ya un tiempo buscándolo. Si aceptamos que el cine tiene mucho de iconografía, habrá que plantearse que las letras que confguran el título de cada peli de esta saga tienen ese aura mítico que poseen, por ejemplo, Star Wars (la otra gran saga de Fox que volverá a la carga con las versiones 3D) o Indiana Jones. Son letras amplias, anchas, grandes, que hacen justicia a una peli que en 1968 sorprendió por su propuesta, su calidad, y, sobre todo, por uno de los finales más recordados de la historia del cine. Después llegaron las secuelas, flojas, como suele ocurrir cuando el chicle se estira más de la cuenta. Por no hablar del remake de 2001, cuando Tim Burton empañó su hasta entonces impecable hoja de servicios.
Y cuando me enteré de que la nueva entrega transcurría en la actualidad, y estaba protagonizada por James Franco y dirigida por un absoluto desconocido, el asunto no me llamó demasiado la atención, si acaso,como decía antes, para plantearme un repaso veraniego de la peli clásica.
Pero una vez vista, he de decir que El Origen del Planeta de los Simios es la peli del verano, junto a los X-Men; Primera Generación. Pero es mucho más que una buena peli veraniega. Estamos ante una perfecta precuela, ante una estupenda cinta que mezcla elementos de diversos géneros para componer un cocktail refrescante. Estamos, en fin, ante la sorpresa del verano.
En primer lugar hay que destacar su condición de rotundo antecedente de la peli de 1968. Resulta sorprendente la capacidad de los guionistas para que una peli tan moderna empalme a la perfección con aquella peli que adaptaba la maravillosa novela de Pierre Boulle (ese libro también se merece una revisión estival...). Nada se deja al azar, y hasta el más nimio detalle se ha tenido en cuenta. Ya no es que la trama sea coherente con lo que ya conocíamos, sino que uno se imagina dentro de unos meses disfrutando en casa de El Origen del Planeta de los Simios y de El Planeta de los Simios en formato doméstico, una tras otra, como si fuesen dos pelis de épocas similares.
Se demuestra, así, que la mejor forma de volver a la saga era con una precuela rebosante de CGI, frente al remake repleto de maquillaje simio que Tim Burton perpetró hace diez años. La historia del viajero intertemporal que aterriza en un planeta dominado por monos ya estaba contada, y retroceder al origen de esa historia ha sido una de las mejores ideas en la historia de las buenas ideas.
Un hurra, pues, para los responsables del guión, pero otro iguamente merecido para el tal Rupert Wyatt, director anónimo, de carrera poco destacable, que aquí lo borda. Su peli posee una intensidad brutal, y provoca en el espectador una sensación de congojo que yo al menos llevaba mucho tiempo sin sentir en los cines. Mientras vemos El Origen del Planeta de los Simios estamos constantemente esperando a que ocurra algo, a que suceda lo que tiene que suceder para que todo llegue al estado que el bueno de Charlton Heston se encontró. Y las respuestas son dadas de manera magistral, gradual, hasta que todo desemboca en un desenlace que no alcanza el misticismo de la peli clásica, básicamente porque no era necesario.
Tras verla, conocemos todo lo ocurrido. Sabemos por qué las cosas fueron como las conocimos, y todo encaja a la perfección. Y me atrevo a decr que el novelista Pierre Boulle y el cineasta Franklin J. Schaffner aprobarían este precedente cinematográfico de sus obras.
Todo está bien, pero yo me quedo con los sorprendentes efectos visuales que nos permiten disfrutar de César, ese simio que se come la pantalla y que se convierte en el hilo conductor de toda la historia de dominación de los monos. Pocas veces un personaje digital desprende tanto carisma, y habrá que convenir que Andy Serkis tiene mucho que ver en ello, tras hacer brillar a Gollum y a King Kong. Se ha acabado el tiempo de las máscaras y el maquillaje en la saga de los simios.Vivan los efectos generados por ordenador.
Decía que estamos ante la peli del verano, que comparte con la otra grande, X-Men; Primera Generación, su condición de precuela intachable. Y va más allá, ofreciéndonos un refrito, una estimulante mezcla de cine de catástrofes, monster-movie y thriller, que provoca que tenga que apuntarme el nombre de Rupert Wyatt. Con esta peli me ha ganado, y sólo me queda la duda de saber hacia dónde irán los tiros en la saga, toda vez que esta primera entrega puede que funcione sólo como eslabón anterior a la inolvidable peli de Franklin J. Schaffner. Me dolería profundamente que nuevas entregas estropeasen ese binomio perfecto que ambas forman, pero teniendo en cuenta la enorme taquilla que está haciendo, es de esperar que tengamos más simios en los cines.
No esperaba yo tanto de El Origen del Planeta de los Simios. Viva el cine, y vivan las grandes sagas que se renuevan con la grandeza con la que ésta lo ha hecho.
Mi puntuación en IMDb:9.
Ficha en IMDb
Solo puedo decir: ¡PELICULÓN!
ResponderEliminarPara mi, una de las mejores películas estrenadas este 2011...