Y habrá que dar las gracias a Martin Campbell, ese eficaz artesano del cine de género y acción que no defrauda cuando se trata de Bond, de El Zorro o de un superhéroe segundón. Sabe moverse en el terreno del cine más comercial sin grandes alardes, pero sin sepultar a ninguno de los personajes que se le adjudican para que los lleve al cine. Con Green Lantern, probablemente haya logrado más de lo que muchos hubiesen podido, teniendo en cuenta las características del héroe, su idiosincrasia, sus enemigos o sus compañeros de fatigas. Por no hablar de su look...
Campbell no logra evitar esa sensación de grand guiñol que desprende el personaje. Desde un punto de vista meramente estilístico y visual, la peli es un circo, un ir y venir de seres variopintos disfrazados de verde, a quienes lidera un Ryan Reynolds que apenas puede contener todo ese tufo hortera. Pero los guionistas y el director han jugado una baza que les ha salido bien, y han evitado el mayor de los desastres. Han sido prácticos, estaban haciendo una peli de superhéroes y han metido todo lo que uno espera ver en una peli de superhéroes.
Porque Green Lantern es, ante todo, un recorrido por esos lugares comunes que todos hemos conocido una y otra vez en los cómics y en las películas de empijamados. Todos los tópicos, la conversión accidental del protagonista en superhéroe, la impactante y sorpresiva reacción del mismo ante sus habilidades, la rendición de la chica ante esas cositas que el chico sabe hacer y tantos y tantos aspectos que, si se hacen bien, nos ganan. A mi al menos. Green Lantern contiene un buen puñado de escenas que ya hemos disfrutado en muchas y buenas pelis de superhéroes, y se demuestra que siguen funcionando. Da igual que sea la picadura de una araña mutada genéticamente, o una radiacion de rayos gamma, o un anillo que busca portador. Da igual que el traje sea azul, rojo o verde chillón. Nos gusta eso.
Y para asegurarse el mínimo favor del público, los responsables nos regalan entrañables guiños a clásicos como el Superman de Richard Donner, con esa entrada del héroe por el balcón de su chica, que le recibe con esa fascinación inevitable.
La historia ya interesa menos, porque, como decía antes, si el personaje no ha llegado tan lejos como sus míticos compañeros de editorial, será porque no está tan bien escrito ni concebido. Yo, que no he leído ningún cómic de Linterna Verde, y que sólo me acerqué al sujeto a través de la peli animada First Flight, no me esperaba nada bueno. Y me ha dado más de lo que prometía.
Pero ojo, que esta película será despreciada por todo aquel a quien los superhombres no le interesen demasiado. Y es lógico. Supongo que por fidelidad al cómic, tenemos, además de esos buenos momentos derivados de toda peli del género que se precie, demasiados bichejos feos, una historia de extraterrestres vestidos de verde que vigilan las galaxias y un enemigo que parece el primo de zumosol del humo negro de Lost. Ni el reparto logra olvidar esa sensación de colorido despampanante y chillón.
Como viene ocurriendo, no han escatimado en gastos. La pasta se ve en todo el CGI, pero también en un reparto que cuenta con caras de prestigio, como Tim Robbins o un sorprendente Peter Sarsgaard. Blake Lively es una correcta Lois Lane de la nueva centuria, y, volviendo sobre Superman, creo que Ryan Reynolds hubiese sido el perfecto Hombre de Acero en la nueva peli. Pero aprovecho para decir que el tal Henry Cavill tiene buena pinta...
En definitiva, Green Lantern es, solamente, una mediana película de superhéroes que, a mi al menos, me ha sorprendido. Creía que sería un horror, pero he de reconocer que, a pesar de lo poco que me interesa el personaje, apenas miré el reloj mientras la veía.
Mi puntuación en IMDb:6.
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