En los 90, en aquellas entrañables madrugadas radiofónicas-cinematográficas, Carlos Pumares afirmaba con guasa que cuando un director presentaba una filmografía repleta de bodrios y con una única peli buena, ésta "se la había hecho un primo". Espero que nuestro Juan Carlos Fresnadillo demuestre que Intacto, su estupenda primera película, no se la hizo un primo...
Aunque, para ser justos, ya aquel corto suyo nominado al Óscar, Esposados, estaba bastante bien. Después sorprendió con esa rareza en forma de ópera prima, pero lo que ha venido después sólo puede ser calificado como mediocridad absoluta. Y precisamente cuando parece plenamente instalado en Hollywood.
Porque ni 28 semanas después ni Intruders recuerdan en nada al personalísimo estilo rompedor de Intacto. Si la primera era una secuela plana, sosa y recurrente, Intruders es una decepción mayúscula, no ya por su falta de empaque, algo que yo al menos no esperaba teniendo en cuenta la esperanza que aún abergaba y albergo en su director, sino por ese tufillo a engañabobos que tristemente se viene repitiendo en una parte importante del cine de horror y suspense de nuestros días. Y a partir de aquí, ojo que hay SPOILERS.
Quienes hayan seguido este blog estos años, sabrán lo poco que me gusta este tipo de cine. La razón es muy clara: odio las pelis que se basan en la existencia de realidades alternativas para darnos gato por liebre, para mostrarnos escenas irreales bañadas con una capa bastante convincente de realidad. Para ser claros y explícitos: cuando Clive Owen pelea con el monstruo que acecha a su hija escondido en el armario de la habitación, estoy viendo una pelea real entre ambos. Después, claro, llega el guionista y nos explica que aquello que hemos visto no ha sucedido, que era todo un sueño, una pesadilla, una realidad alternativa o dios sabe qué...
Y esto viene ocurriendo en muchas películas, demasiadas...Empezaron Shyamalan y Amenábar, y después llegó la marabunta. Cosas que pasan pero que no han pasado, cosas que dan coherencia a una trama que no era como nos la habían contado...No me gusta nada esa moda, a la que se acogieron productos a priori estimables como El maquinista, La ventana secreta, El escondite...producciones cuyo interés inicial se diluyó cuando mostraron ser simplemente estupideces embusteras.
Me duele ver que Fresnadillo se ha dejedo coger por este tren maléfico. Hay en Intruders muestras de talento narrativo, de pericia a la hora de contar una historia. Pero siempre he creído que un buen guión no hay cineasta que lo estropee, y que uno malo no hay cineasta que lo levante. Estamos ante un bodriete porque nos cuenta una historia lamentable, tramposa y de escasos méritos, aunque su director sepa mover la cámara y dirigir a sus actores.
Estamos ante una peli de fantasmas, de miedos infantiles, de miedo e intriga, que recurre a lo fácil, a mostrar lo que no es. Da miedo por momentos, y eso siempre se agradece, y tanto Owen como nuestra Pilar López de Ayala estan bien. Pero la peli es mala de narices. Quien quiera sentirse engañado, que la vea. Yo seguiré esperando a que Juán Carlos Fresnadillo demuestre que Intacto no se la hizo un primo.
Mi puntuación en IMDb:4.
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