Todo comenzó allá por 1982, cuando una madre llevó al cine a su hijo de 6 años por primera vez. En uno de aquellos cines de antes, de pantalla enorme, se proyectaba E.T., y, desde aquel día, aquel niño descubrió una indescriptible necesidad por repetir la experiencia, una y otra vez...

jueves, 10 de febrero de 2011

Primos

Se hablaba de un Resacón en Las Vegas "a la española", pero nada de eso. Podríamos pensar que algo habría, tras esa fallida boda con la que comienza la película, pero el último trabajo de Daniel Sánchez Arévalo es bastante más amable y bizcochero que aquella otra peli. Y no por ello deja de divertir, aunque las intenciones sean otras. No era yo muy fan del cine del director, pero ésta me ha gustado mucho, básicamente porque ha hecho algo muy distinto...




Azuloscurocasinegro obtuvo 6 nominaciones a los Goya, y logró 3. Gordos optó a 8, y se llevó 1. Primos competirá en los premios el año que viene, se supone, pero me da que no obtendrá muchas candidaturas. La carrera de Sánchez Arévalo, si es que su última peli se queda finalmente sin ese reconocimiento que suponen los premios, puede resumir claramente uno de los males perennes y fundamentales de nuestro cine: interesan más esas inquietudes personalísimas que el gran público. No seré yo quien diga que las dos anteriores películas son malas, pero, sencillamente, ésta es mejor, porque busca a su público, y lo encuentra, a través de la comedia ágil, fresca, divertida y apta para todo tipo de público. Menudo descubrimiento, el público...

Hay algo (poco) de Resacón en Las Vegas (el concepto de grupo de amigos, primos en este caso, indisoluble, dispuesto a correrse una juerga), pero el espíritu inicial estaba ya en Airbag. Tiene la intención de cachondeo, de desenfreno que ya tenía la de Bajo Ulloa, aunque sin la mala baba y con mucho más sentimiento, y, desde luego, con una reflexión sobre el amor de la que carecían absolutamente esos dos precedentes citados.

Quim Gutiérrez es el gran aliado del director en ese sentido. Es un Ted Mosby español que, como su referente televiso yanki, cae bien porque se frena justo cuando empezaba a caernos gordo. Es casi el mismo papel que el actor interpretó este verano en Una hora más en canarias, pero aquí está más trabajado, con mejores momentos. Y los dos otros primos ponen lo que él no tiene. Raúl Arévalo está genial, y demuestra una vez más que es el auténtico cómico español de la actualidad. Adrián Lastra es el descubrimiento, el tercero en discordia que busca su parcela y la encuentra. Y Antonio de la Torre agradece ese papel más accesible, borracho pero sin la losa del que interpretó en Gordos, casi una caricatura.

Lo mejor de estos Primos es que constituyen un paisaje reconocible para el espectador común, el que huye del ombliguismo y de las inquietudes de un cineasta cualquiera. Es una comedia fácilmente digerible, buena, con unos actores que llegan y una historia divertida, tierna y entrañable. Anda que nos cuesta en nuestro cine dar con la tecla, y resulta que cuando se hace parece fácil. Me da que la película logrará una buena taquilla porque la gente agradece que traten de entretenerla, sin más. Azuloscurocasinegro y Gordos ponían al director por delante del público, eran películas demasiado frías, personales, y, admitámoslo, aburridas por momentos. Aquí hay un simpatico pringao al que dejan en el altar, dos primos cachondos y unos secundarios interesantes, y pasamos con ellos un rato ciertamente entretenido. Cine que llega, cine estimable. Que no es tan difícil contentarnos, leñe.

Y Sánchez Arévalo lo hace sin abandonar del todo esas cosas que entiendo que le gusten. Reflexiona sobre le llegada de los treinta, sobre ese paso del tiempo y la necesidad de tomar decisiones. Pero lo hace con un producto atractivo, una comedia estupenda de las que en nuesto cine, tristemente, no abundan.

Mi puntuación en IMDb:7.

Ficha en IMDb

No hay comentarios:

Publicar un comentario