Mayo, además de ser el mes en el que se abre la temporada cinematográfica veraniega, es en el que se cierran las temporadas televisivas. Si hace unos días hablaba sobre la tercera de Fringe y en breve lo haré sobre la cuarta de The Big Bang Théory, hoy me toca hacerlo sobre la sexta de Cómo conocí a vuestra madre. Y aprovecho para comentar que V ha sido cancelada, así que parece que no habrá más lagartos extraterrestres en la tele. Entrando en materia, Ted sigue sin decirnos quién es la madre de sus hijos, y, francamente, la cosa empieza a alargarse demasiado...
Tanto, que lo que en las tres primeras temporadas parecía imposible, está ocurriendo: algunos episodios son ciertamente soporíferos. Es evidente que la condición de sitcom hace que uno ni se plantee dejar de verla, porque una pildorita de apenas veinte minutos se soporta aunque no tenga gracia. Pero con el nivel que, especialmente en esta sexta temporada, ha mostrado la serie, si se tratase de otro género en el que los capítulos duran cuarenta minutos, habría que planteárselo.
Dos causas fundamentales encuentro yo para que se haya producido semejante declive. En primer lugar, la trama principal acerca de la incógnita que rodea a la identidad de la mami de los hijos de Ted se ha dejado de lado, lo que no es una buena noticia si tenemos en cuenta que era en ese punto cuando los guionistas se mostraban más frescos y lúcidos, otorgando los mejores momentos, y, además, la poca información que se nos daba estaba perfectamente integrada y servía para mantener el interés. Y, en segundo lugar, todos aquellos episodios en los que poco o nada se ha dicho acerca de esa trama principal, han carecido de verdaderos momentos legendarios, como diría el bueno de Barney. Ha faltado chispa. Si el otro día leía una crítica de la serie en la que se hablaba de ella como la Friends de nuestros días, con esta sexta temporada las diferencias en contra de Cómo conocí a vuestra madre se han aumentado...
Hemos vuelto a disfrutar de apariciones estelares, como las de Katy Perry o Kyle MacLachlan (desternillante su papel), y quizás lo mejor, en mi opinión, ha sido el importante papel jugado por Jennifer Morrison, en un rol que hubiese sido mejor de haber ido más allá de todo el jaleo ése del Arcadian, que a mi me ha parecido ciertamente aburrido.
Por lo que respecta a los protagonistas, hemos tenido más de lo mismo. Con Marshall y Lily me ocurre lo que ya me estaba ocurriendo en temporadas anteriores: me resultan un coñazo, y cada vez más grotescos y exagerados, hasta el punto de soportarles más por separado que juntos. Robin sigue siendo, más allá de su atractivo físico, la personalidad más interesante del grupo, ya que Ted se muestra bastante irregular y Barney necesita algún cambio en su drástico comportamiento, para no cansar al personal (en ese sentido, más que interesante resulta la última escena del último capítulo de esta sexta temporada...).
Pero parece que habrá, al menos, dos temporadas más. Las audiencias han seguido siendo buenas y la cadena no intuye motivos para que se llegue al final. Es de suponer que la séptima comenzará con un mínimo avance en la búsqueda de Ted de su amor para después regalarnos un buen puñado de episodios vacíos de esa trama principal y que, de ser como en la sexta, tendrán un escaso interés. Y, antes de que se me olvide, es una lástima que hayan dejado de ofrecernos esos entrañables homenajes al cine ochentero que tan buenos momentos proporcionaban en temporadas anteriores.
Seguiremos esperando para conocer a la madre de los hijos de Ted. Si fuese como al principio, estaría bien que fuese por mucho tiempo. Pero va a ser que no...Por tanto, ojalá que nos lo digan pronto...
Ficha en IMDb
Es verdad qué se estan pasando con tantas temporadas pero la verdad es qué esta serie es genial y no me molestaria tener 2 o 3 temporadas mas.
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