Todo comenzó allá por 1982, cuando una madre llevó al cine a su hijo de 6 años por primera vez. En uno de aquellos cines de antes, de pantalla enorme, se proyectaba E.T., y, desde aquel día, aquel niño descubrió una indescriptible necesidad por repetir la experiencia, una y otra vez...

lunes, 31 de enero de 2011

Jonah Hex

A veces uno piensa que los cinéfilos mereceríamos conocer los nombres de los encorbatados ejecutivos que dan luz verde a determinados proyectos, sobre todo cuando se trata de adaptaciones de personajes de cómic que cuentan con el cariño de quienes han pasado mucho tiempo disfrutando con las aventuras de sus héroes preferidos en las viñetas. No es mi caso con Jonah Hex, antihéroe del que nunca he leído tebeo alguno, pero que me ha transmitido las mismas sensaciones que aquella desastrosa Catwoman que Warner produjo hace unos años, con Halle Berry como protagonista. Porque, cuando ves estas pelis, te preguntas: ¿quién fue el iluminado en Warner que creyó que esto daría dinero?




Hay que asumir, no obstante, que el personaje no es fácilmente adaptable para un público mayoritario. Se trata de un vaquero desfigurado, de trágico pasado, que busca venganza. No es un héroe de cómic fácil, y se hace ciertamente incómodo verle en pantalla, teniendo en cuenta la crudeza con la que se le representa, lo explícito de las causas de su deformidad y su condición de vengador implacable, algo así como el Punisher de Marvel. Claro que todo esto afecta al desastre de adaptación, pero los responsables principales tienen nombres y apellidos.

O puede que no. Si, como decía antes, hay que buscar en los que mandan, el que decidió que los señores Mark Neveldine y Brian Taylor escribiesen el guión de Jonah Hex debería de ser cesado de inmediato. Estamos hablando de los responsables de Crank, Crank 2 o Gamer, bodrios todos ellos de un calibre infinito. Cualquier personaje de cómic cuyas aventuras cinematográficas fuesen adaptadas por estos dos tipos estará condenado al fracaso más absoluto. Y quien puso en manos de ellos el guión, debería de ser marcado a fuego como el propio Hex...

El caso es que los mediocres guionistas nos cuentan una historia recurrente, de protagonista que busca venganza por el asesinato de su familia por parte de un terrorista al que las autoridades persiguen por sus intenciones con armas de destrucción masiva. Como en tantas ocasiones, en el reparto encontramos el aspecto más atractivo, con un Josh Brolin siempre competente, y con nombres tan interesantes como los de Michael Fassbender, Michael Shannon o Aidan Quinn. John Malkovich insiste en uno de esos villanos casi ridículos que tanto parecen gustarle, y Megan Fox me convence básicamente por mi condición de hombre heterosexual...

La película es un desastre absoluto, lo que explica el nefasto rendimiento en taquilla, y el hecho de que ni siquiera se haya estrenado en nuestro país. Estamos ante un western que podría ser considerado, como muy decía mi compañero bloguero de Películas de culto en su repaso al 2010, como el Wild Wild West de este siglo, aunque yo siempre he creído que aquella peli de Barry Sonnenfeld será siempre el bodrio hollywoodiense por excelencia.

DC ya tiene su cuenta pendiente, como Marvel con Punisher o con El Motorista Fantasma. Estamos en un tiempo en el que todos los cómics son adaptados, y alguno tiene que salir mal. Lo triste es que yo, que desconocía por completo al personaje,. me he quedado con la sensación de que éste es lo suficientemente interesante como para que pueda protagonizar una buena peli, siempre y cuando quien se encargue de escribirla no sean los dos genios que aquí lo hacen.

Y, para terminar, una curiosidad: ¿qué coño pintará Matt LeBlanc (el gran Joey de Friends), como productor ejecutivo de semejante disparate?

Mi puntuación en IMDb:3.

Ficha en IMDb

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