Todo comenzó allá por 1982, cuando una madre llevó al cine a su hijo de 6 años por primera vez. En uno de aquellos cines de antes, de pantalla enorme, se proyectaba E.T., y, desde aquel día, aquel niño descubrió una indescriptible necesidad por repetir la experiencia, una y otra vez...

domingo, 13 de marzo de 2011

La Sentencia

Siempre me ha gustado el cine de Norman Jewison. Le considero uno de esos cineastas tapados por los más grandes, pero conocedores del oficio como aquéllos, e interesados básicamente por las historias y los actores, independientemente de los presupuestos o de los condicionantes meramente comerciales. Son muchos los que integran el colectivo, ahora y antes: Sidney Lumet, John Badham, John Frankenheimer, Joe Dante...podrían acompañar a Jewison en esa terna de olvidados. La Sentencia es su último trabajo como director, y que yo tenía pendiente de ver desde 2003. No es su mejor película.



Estamos ante la siempre interesante historia de un hombre atrapado por su pasado, por crímenes de guerra que amenazan con salir a la luz. Son muchas las películas que nos han contado la historia de nazis que desarrollan sus últimos años de vida en el anonimato, escondidos en pequeñas villas y protegidos por una minoría que conocen su pasado. La mejor, quizás, sea El extraño, la peli de Orson Welles en la que Edward G. Robinson acosaba al ex-nazi ecarnado por el propio director. La caja de música o Verano de corrupción, bastante más recientes, son otras muestras de la temática. Y creo que todas son mejores que La Sentencia, algo lastrada por una falta de pretensiones típica del cine de Norman Jewison, que aquí peca de falta de ambición, liquidando por la vía rápida una trama que hubiese merecido más desarrollo.

El papel protagonista corre a cargo de Michael Caine, espléndido como nazi arrepentido, que necesita volver a matar para evitar ser descubierto, lo que le ocasionará aún más conflictos morales. Sólo su personaje está lo suficientemente desarrollado, frente a los perfiles anecdóticos de quienes le acompañan en si historia. Tampoco contribuye una cierta sensación de TV-movie que ni siquiera las escenas más impactantes logran evadir.

Pero la historia es buena, y suficiente para mantener el interés. Se adapta la novela de Brian Moore, que Jewison nunca hace suya, como si se limitase a poner el piloto automático. Falta trascendencia, alma y corazón, aunque la cinta cuente con un comienzo espectacular que hace que nos ilusionemos con un cine con mayúsculas que después no llega. La espléndida Tilda Swinton lidera la búsqueda de justicia contra el personaje de Caine, aunque se quede lejos de los mejores roles que el cine ha proporcionado con semejante perfil.

No está mal, pero yo al menos me esperaba algo más. Y es que estamos hablando del director de No me mandes flores, El rey del juego, En el calor de la noche, El Caso Thomas Crown, El violinista en el tejado, Agnes de Dios, Hechizo de luna o Huracán Carter. Un director muy bueno llamado Norman Jewison.

Mi puntuación en IMDb:6.

Ficha en IMDb

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