Sucker Punch

Que Zack Snyder es uno de los cineastas actuales más interesantes es indiscutible, como también lo es que su audacia reside en lo visual, en su manejo de los tiempos a la hora de rodar la épica y el empleo de esa nueva variante del bullet time que en su día patentaron los Wachowski. Esas características encajan a la perfección en sus anteriores trabajos, que tenían un común denominador decisivo: las buenas historias que contaban. Las magistrales novelas gráficas 300 y Watchmen encontraron en Snyder a su perfecto anfitrión cinematográfico, mientras que en su debut, Amanecer de los muertos, los zombies eran la excusa ideal para que el novel director imprimiera su sello. El problema de Sucker Punch es que se impone el estilo, frente a la historia, y eso, aunque seas John Ford, no puede ser bueno...




Y es que estamos ante una película que es cien por cien Snyder, que lo cede todo a esa peculiar manera de entender la acción presente en todas las pelis del cineasta. Es una pena, porque hay en la esencia de la historia elementos interesantes como para que un buen guionista hubiese formado un gran equipo con el director, pariendo una estupenda película. La principal deficiencia del Snyder guionista se refleja en su incapacidad para enganchar desde el principio, con un comienzo poco estimulante que ni la siempre efectiva voz en off logra levantar.

Sin ánimo de desvelar nada de la trama, que por otra parte poco tiene de solvente, estamos ante la historia de una chica encerrada en un psiquiátrico para ser lobotomizada, para evitar que delate a su padrastro, responsable del crimen por la que ella es acusada. Mis temores de asistir a una versión 2.0 de Shutter Island pronto se evaporaron, porque afortunadamente Snyder es menos tramposín que Scorsese, y sus intenciones quedan al descubierto muy pronto. Se trata de dos realidades fusionadas en un plan de fuga que se desarrolla como un mosaico de referencias pop, en el que confluyen innumerables mezclas y referentes cinematográficos.

Sucker Punch es puro cómic, puro manga, puro videoclip y puro videojuego. Pero es también un cruce entre, cómo no, Shutter Island y Alicia en el País de las Maravillas, entre Moulin Rouge y Sky Captain y el mundo del mañana. Es visualmente poderosa, y el primer acto de la fuga virtual, con la primera aparición del gran Scott Glenn, desconcierta al principio, pero se revela como lógco a medida que avanza la acción. Cada aventura, cada misión que el personaje de Glenn encarga a nuestras chicas, se corresponde con un paso en el plan de fuga, soñado por esa Baby Doll presente ya, como sus compañeras, en los sueños húmedos de todos los espectadores.

Una vez que entremos en ese juego de ensoñación, la película se digiere con gusto, aunque su excesiva apuesta visual provocará el rechazo de esa crítica poco amiga de este cine.Yo, que apuesto siempre por las historias y personajes, he de reconocer que Sucker Punch me ha ganado por su capacidad para rectificar sobre la marcha, para no engañar, sino sorprender, aunque tenga que situarla por debajo de 300, Dawn of the dead, y, por supuesto, de Watchmen, maravilla comiquera injustamente considerada en su traslación al cine.

Y ahora, Superman. Espero ansioso que la peli cuente con un buen guión, precisamente el aspecto en el que más patinó el bueno de Bryan Singer. Porque si dan con una buena historia, puede que al fin tengamos una digna sucesora de la peli de Richard Donner gracias a este intrépido cineasta. Me gusta Zack Snyder, aunque ésta no sea su mejor peli.

Mi puntuación en IMDb:6.

Ficha en IMDb