Mis 10 decepciones de 2010

He de precisar: que nadie espere encontrar en esta lista diez películas horrendas, al menos desde mi punto de vista. Es verdad que alguna es ciertamente floja, incluso mala, pero están en este top por su consideración de películas de las que yo esperaba mucho más, y que, finalmente, se han quedado por debajo de las expectativas. Y además, como apunté en el anterior ránking, que recogía mis diez películas preferidas del pasado año, hay que tener en cuenta que ha podido haber estrenos susceptibles de estar aquí, por haber defraudado, pero que yo no he podido o no he querido ver (ya sólo queda un Harry Potter por estrenarse...).

Por tanto, éstas son las diez películas que no han sido yo que yo esperaba, es decir, mis diez decepciones del año...

10.  ORIGEN, de Christopher Nolan

Puede sonar paradójico que esté en las listas de lo mejor del año y lo que más me decepcionó, pero así ha de ser. Origen es, en mi opinión, una extraordinaria película que me defraudó por su profundísima incursión en universos y realidades que nunca me convencieron como contexto cinematográfico. Pero ojo, que éste es un problema mío. Aunque la verdad es que me esperaba menos sueños, menos realidades paralelas y más suspense en este mundo nuestro de todos los días...

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9.  SHERLOCK HOLMES, de Guy Ritchie

Película divertida, entretenida, con momentos geniales y un reparto más que solvente...que sin embargo a mi no me llegó como película de Sherlock Holmes...Es cierto que los más puristas holmesianos sostienen que el personaje que Conan Doyle describió en las páginas de sus novelas se acercaba más a este Holmes que a otros popularizados por el cine y la televisión, pero quien esto escribe se ha tragado demasiadas historias ambientadas en el 221B de Baker Street en esos dos medios, con lo que mi concepción de los personajes está inevitablemente más cerca de aquéllas que de ésta. Y mira que me divertí con ésta...

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8.  THE LOVELY BONES, de Peter Jackson

Peter Jackson me dejó un lastimoso sabor agridulce con su adaptación de la novela de Alice Sebold. No me convencieron, una vez más, sus visiones celestiales sobre el más allá, con escenas que podrían haber salido de un cruce de Always, la peli de Spielberg, con aquel bodrio protagonizado por Robin Williams, titulado Más allá de los sueños. Pero sin embargo, me cautivó su narración del aterrador suceso, así como las interpretaciones de Rachel Weisz, Saoirse Ronan y, sobre todo, de los espléndidos Stanley Tucci y un Mark Wahlberg que tardará, me temo, en ofrecer un trabajo tan estimable. Fallida.

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7.  EL LIBRO DE ELI, de Albert y Allen Hugues

No es que me esperase mucho de esta película, pero sí algo más que lo que finalmente ofreció...Los hermanos Hugues se mostraron tan sosetes como en From Hell, aquella adaptación del cómic de Alan Moore. En El Libro de Eli nos presentaron a un nuevo Mad-Max, preocupado por recuperar un libro cuyo significado desembocará en uno de los finales más absurdos y lamentables de los últimos tiempos.

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6.  EL HOMBRE LOBO, de Joe Johnston

Me defraudó, principalmente, por la buena consideración que tengo hacia Joe Johnston, artesano eficaz del cine de género inmerso en estos días en el rodaje de Capitán América. Pero su Wolfman fue un innecesario retorno a las monster-movies de la Universal, aunque, claro, sin el encanto de aquellas producciones. No se apartó del espíritu de la obra original, pero tampoco nos mostró aspectos novedosos que pudiesen permanecer en nuestras retinas. Fue una película sin alma, olvidable, aunque con un Anthony Hopkins carismático e imponente...

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5.  NOCHE Y DÍA, de James Mangold

Se merece estar aquí fundamentalmente por una razón: Tom Cruise siempre ha sabido moverse en los blockbusters más frívolos y de evidentes pretensiones. Y en Noche y Día lo que hizo fue incidir en los lamentables errores de guión en los que ya había caído en Mission Impossible 2, confundiendo San Fermines con Semana Santa, Fallas y demás meteduras de pata. Con el añadido además, de que esta película desprendía un insoportable tufo a rápida y oportunista recaudación, con una historia mínimamente trabajada y un reparto que se limitaba a poner el careto.

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4.  EL ÚLTIMO GUERRERO (THE LAST AIRBENDER), de M. Night Shyamalan

Pocas veces salí del cine tan cabreado. La peli resultó ser floja, pero lo que hicieron productores y exhibidores con The Last Airbender fue, sencillamente, de juzgado de guardia. Nos endiñaron el 3D metido con calzador, cobrándonos un suplemento por culpa de las tres dimensiones en una película que no contenía ni un sólo plano tridimensional. Más allá de eso, lo que demostró esta cinta es el evidente retroceso creativo de un M. Night Shyamalan que se había situado no hace mucho tiempo en la lista de cineastas rompedores y sorprendentes del cine actual.

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3.  ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS, de Tim Burton

Era la película en 3D más esperada, tras el arrebatador éxito de Avatar. Visualmente no defraudó, a pesar de tratarse de una conversión ya que la película no había sido concebida en tres dimensiones. Pero quizás Tim Burton se excedió en su visión del clásico cuento de Lewis Carroll, y yo al menos terminé abrumado por tanto ser extravagante y por esa nueva lección de histrionismo de un Johnny Depp demasiado repetitivo en sus últimas interpretaciones. No está mal, pero yo esperaba bastante más...

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2.  IRON MAN 2, de Jon Favreau

Uno de los fiascos del año sin discusión. No ayudó el buen recuerdo de la primera, una de las mejores pelis de super-héroes de los últimos tiempos, con la que Jon Favreau renovó por completo el panorama marveliano en el cine. Pero si la primera era una fresca sesión de entretenimiento superheroico, esta segunda se quedó pronto sin fuelle. Ni la presencia de Mickey Rourke y Scarlett Johansson logró mejorar este nuevo Iron Man, plúmbeo, soso y soporífero...

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1.  SHUTTER ISLAND, de Martin Scorsese

Supongo que muchos discrepareis, y en este caso he de reconocer que la causa de mi absoluto desencanto se debe al hecho de que no conocía la novela de Dennis Lehane en la que se basa la película. De haberla leído, hubiese sabido que no se trataba de un thriller al uso, sino de una incursión en los miedos, paranoias y esquizofrenias de un personaje torturado por su pasado. Y a mi eso me interesa bastante menos que la posibilidad de disfrutar de un guión en el que dos miembros del FBI acuden a una institución mental situada en una isla para investigar la desaparición de una paciente. De hecho, considero que los primeros veinte minutos de Shutter Island, con la llegada de los policías a la isla, están entre lo mejor que he visto en el cine en 2010. Pero, todo lo que vino después, me partió el alma por lo mucho que me decepcionó.



Y esto ha sido todo por hoy. Seguro que ha habido películas mucho peores que éstas, y yo he visto unas cuantas. Pero se trata de decepciones, y me imagino que vosotros habéis tenido las vuestras, y estaré encantado de conocerlas.