Toy Story 3

La primera entrada de este blog, si exceptuamos la presentación, recogía las que, en mi opinión, habían sido las mejores películas de 2010, y precisaba que corría el riesgo de dejar fuera alguna película que en su momento se me hubiese pasado y no hubiese visto en el cine. Toy Story 3 es una de ellas. Una vez vista, he de reconocer que tendría que haber entrado en esa lista, algo que por otra parte me esperaba teniendo en cuenta el excelso nivel que Pixar alcanza siempre, y las favoravbles críticas que la cinta recibió. Pero, para no andar modificando aquella entrada, sirva ésta para hacer justicia a una película maravillosa, una más de esos magos que trabajan en Pixar...

La compañía de John Lasseter es ya legendaria. No existe, creo, productora que logre acercarse en los niveles de excelencia y rentabilidad que la ahora subsidiaria de Disney ha alcanzado. Y todo empezó con estos juguetes, allá por 1995. Las aventuras de Woody y Buzz Lightyear tuvieron continuidad en una estupenda secuela, y ahora continúan en una tercera espectacular. Como siempre, Lasseter y sus chicos nos siguen ofreciendo el mismo pastel, y, con mucho gusto, nos los seguimos comiendo. Todos conocemos los ingredientes, y, es más, la propia competencia de Pixar los conoce, pero a ninguna le sale tan bien. Buenas historias, personajes carismáticos, una combinación perfecta entre las pretensiones del inevitable público infantil y las de un público adulto que comienza a abonarse a este cine, y, por supuesto, un apabullante nivel técnico.

Andy ha crecido, pronto empieza la universidad y ya no juega con sus juguetes. Una premisa tan básica, tan lógica e inevitable, da pie a que vivamos una aventura extraordinaria. Lo mejor de las tres películas de Toy Story es su capacidad para situarnos en un mundo fantástico que terminamos aceptando como real. Menos mal que quien esto escribe no tiene en su casa ningún juguete, porque me da que les estaría vigilando continuamente...Viven, sienten y padecen, y todo ello gracias a una compañía que nos está haciendo disfrutar del cine como ninguna lo hizo nunca. Hubo un tiempo en el que Lucasfilms lo hacía, pero ya no.

Precisamente uno se imagina a la troupe de Pixar, con sus camisas hawaianas y sonrisas interminables, gestando los guiones de sus producciones animadas. Ellos, probablemente cinéfilos empedernidos, insertan, supongo que conscientemente, pequeños guiños y homenajes a esas películas que todos amamos. El onírico prólogo de Toy Story 3 en el oeste me remitió directamente al inolvidable prólogo de Indiana Jones y La Última Cruzada, de la misma forma que ese Buzz Lightyear traidor a su causa por manipulación en su sistema nos recuerda al Indy transtornado de El Templo Maldito. Y Star Wars está presente, en toda la trepidante secuencia del triturador de basura, cuando nuestros juguetes favoritos luchan por sobrevivir en las cloacas como lo hacían Luke, Han y compañía en aquel estercolero. Si algo comparten todas estas películas es que son maravillosas.

El resto son lugares comunes que no por ser sobradamente conocidos molestan. En Toy Story 3 tenemos una típica historia de buenos y malos, con los habituales giros referentes a la integridad de determinados personajes. Nos hacen que adoremos al oso con olor a fresa, o al muñeco bebé, para que poco después nos resulten detestables, porque, claro, son los malos. Por no hablar de Ken, al que primero aborrecemos y después consideramos, como no podía ser de otra manera, uno de los nuestros. Benditos buenos guionistas... Y no quiero dejar de destacar esa escena, emocionante y ya inolvidable, en la que nuestros queridos personajes se agarran de la mano cuando creen imposible escapar al trágico destino.Hay más cine ahí que en el 99 por ciento de las películas que se estrenan cada viernes...

Lo que sí supone una novedad, relativa, porque ya estaba muy presente en la genial Up, es el acierto a la hora de mostrar a personajes humanos. Disney, el anterior referente en el mundo de la animación, antes de que se hiciese con Pixar, no siempre acertaba a la hora de plasmar a personajes humanos en sus películas. Cuando los dibujos eran más tradicionales, mucho antes de conocer a Woody y a sus colegas, las más recordadas películas de dibujos tenían protagonistas animales, aunque alguna había con humanos que también merecía la pena. Pero Bambi, Dumbo, los Dálmatas...y después estos juguetes, Nemo, Rayo McQueen...Si en Up los humanos resultaban creíbles y entrañables, en Toy Story 3, a pesar de estar siempre eclipsados por los juguetes, no chirrían, y contribuyen a que la película sea todo lo buena que es.

Y la he visto en 2D, sin que por ello, estoy seguro, la haya disfrutado menos. Supongo que las tres dimensiones son un añadido inevitable en términos económicos en las producciones Pixar, pero con semejantes historias es lo de menos. Se disfrutan igual. Y se confirma que los grandes estudios deberían de plantearse esas divisones animadas que invierten ingentes cantidades de dólares en películas de dibujos. Que contraten a los guionistas de Pixar. O, mejor, que no lo hagan, que les dejen en donde están...

Mi puntuación en IMDb:8.

Ficha en IMDb