Me parece muy bien que se hagan pelis como ésta. Siempre he creído que si los norteamericanos, con una historia mucho menos jugosa que la nuestra, la han explotado en el cine hasta la saciedad, por qué no hemos de hacer nosotros lo mismo...Es cierto que en los últimos tiempos se nos ha ido la mano con el número de dramas guerracivilistas, pero cosas como 23-F suponen la oportunidad de disfrutar de algo nuevo, diferente, que además se acerca, creo yo que de forma bastante competente, a un suceso real, reciente y sobado con frecuencia, sin que nunca nadie haya aportado un punto de vista como éste. No es perfecta, pero a mi me ha gustado..
La película de Chema de la Peña, de cuya escasa filmografía yo sólo había visto la horrible Isi/Disi, tiene la virtud de mantener la tensión y el interés a pesar de tratarse de una historia cuyo desenlace es conocido. Y eso no es fácil. No llega a la grandeza de Valkiria, la genial película de Bryan Singer sobre el intento de atentado a Hitler, que no obutovo en mi opinión la consideración que merecía, pero comparte con ella la atmósfera inquietante y la sensación, al menos en determinados momentos, de asistir a un relato verídico del que somos testigos como si también nosotros formásemos parte del asunto. En definitiva, nos meten en la historia.
Lo mejor es ese punto de vista inédito del que hablaba antes. 23-F va mucho más allá del "quieto todo el mundo!", y se adentra en las personalidades tan excesivas que montaron el golpe. Ya no es que se nos ofrezca un retrato minucioso de Tejero, magníficamente encarnado por Paco Tous, sino que los Armada, Miláns del Bosch y demás siniestros militares son presentados con pulcritud, puede que no siempre ajustándose a la realidad, y hasta puede que tomándose las pertinentes licencias para otorgarle dramatismo y tensión a la historia, pero con un resultado final bastante decente. Y en ese sentido, cabe destacar el trabajo de los actores, del citado Tous pero también de intérpretes tan solventes como el maestro Juán Diego.
En cambio, los otros personajes, los conocidos por todos, chirrían un poco. Era mucho más complicado poner en pantalla a los Carrillo, Suárez, Felipe o Guerra. Son políticos aún muy presentes, y aunque la caracterización (sobre todo la de Carrillo, a cargo de Joan Pera, doblador habitual en España de Woody Allen) no es mala, siempre resultan poco creíbles. Ginés García Millán, quien ya se había metido en la piel de Adolfo Suárez en una tv-movie reciente, sale airoso en un par de escenas importantes frente a Tejero.
Quien está realmente soberbio es Fernando Cayo, también presente en aquel trabajo televisivo sobre Suárez, como Juán Carlos. Lo mejor es que no imita al Rey, sino que le interpreta con convicción, sin alardes, pero con una solvencia destacable. Después, claro, llega Puigcorbé y se enfada porque las críticas hacia su interpretación son severas, pero no injustas...
Todo fluye bastante bien en 23-F. Ahora vendrán las acusaciones, espero que no muy numerosas, de que esto o aquello no ocurrió así en realidad. Pero lo cierto es que ninguno estaba allí, en las conversaciones entre aquellos salvapatrias que se llevaron un merecido chasco. Yo estoy convencido de que las cosas no sucedieron exactamente como se cuentan en la película, pero también de que no fueron excesivamente distintas. Lo que tengo muy claro es que no gustará, y que las críticas serán bastante negativas, quizás porque no estamos acostumbrados a este tipo de producciones que cuentan lo peor de nuestra historia de una forma bastante sobria y con pretensiones de verosimilitud.
En definitiva, qué país éste...
Mi puntuación en IMDb:7.
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