Antes del glamour, de la fiesta de los Óscar, justo es acordarse de quien nos ha dejado en los últimos días. He decidido recoger las dos necrológicas porque con esta nefasta racha empezaría a acumular demasiadas entradas, pero el homenaje quiero que sea igualmente sentido. Los dos intérpretes cuya desaparición recojo hoy no eran estrellas, sino artistas soberbios que desarrollaron sus carreras sin excesivos lucimientos ni oropel, pero, cada uno en lo suyo, capaces de bordar los papeles que interpretaban. Una aquí, otro allá. Nos han dejado Florinda Chico y Nicholas Courtney...
Siguiendo la triste tendencia de los últimos tiempos, siguen muriéndose grandes secundarios de nuestro cine. Lo dicho hace no mucho sobre gente como Manuel Alexandre o Antonio Gamero, puede aplicarse a Florinda Chico: nombre que no dice mucho, rostro, y, sobre todo, voz que todos identificamos.
Fue una actriz de físico imponente, que sin duda marcó toda su carrera. Comenzó a trabajar en cine en 1953, con Pasaporte para un ángel, y a partir de entonces no dejó de trabajar, desarrollando una prolífica carrera que le llevó a asistir a los principales fenómenos estilísticos y artísticos de nuestro cine. Desde la comedia costumbrista, la época del destape o la madurez con cineastas como Carlos Saura o Mario Camus, Florinda Chico estuvo siempre ahí, en todo nuestro cine, sin dejar de lado las tablas del teatro que tanto amaba.
Descanse en paz, la grandísima actriz y entrañable Florinda Chico...
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Nicholas Courtney entró en mis recuerdos por un único papel, en una de esas series televisivas que te marcan de pequeño. Fue el encargado de interpretar al Brigadier Lethbridge-Stewart en la mítica Dr. Who, una serie que comenzó a emitirse en los años 60 en la BBC pero que yo disfruté a finales de los 80 gracias a los pases que daba el canal autonómico.
Dr.Who, que ha contado con un remake reciente que no he visto, se convirtió para mi en una de las series de cabecera a media tarde, a la hora de la merienda, junto al Batman de Adam West, Alf y alguna otra. Era una epopeya de ciencia ficción, divertidísima, que probablemente vista hoy haya perdido buena parte de su encanto. Pero supongo que será mejor recordarla así, como la maravilla que amenizaba las tardes justo antes de hacer los deberes. Nicholas Courtney encarnaba a uno de los compañeros del Doctor, y he de reconocer que no volví a disfrutar de su presencia en ningún otro trabajo.
Fue ante todo un actor de televisión, que partcipó en más de cincuenta series. Pero para mi será siempre recordado por Dr.Who. Descanse en paz...
Ficha en IMDb
Y esta noche, los Óscar. No sé si subiré una entrada con mis predicciones antes de que comience, pero si no es así, no tardaré mucho en comentar una gala que desgraciadamente no podré ver. Pero puedo apuntar, a modo de adelanto, qe me encantaría que ganasen Toy Story 3 o El discurso del Rey, mis favoritas de entre las diez nominadas. Veremos y comentaremos.
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