Me cuesta hablar sobre la séptima Saw, pero, al mismo tiempo, me permite reflexionar acerca de aspectos relacionados con esta poderosa industria del cine. El motivo de que tenga dificultades para ejercer de juntaletras se debe a lo que os estáis imaginando: la película no es más que otra burda manera de seguir haciendo caja (parece que por última vez, no sé yo...) sin que ningún crítico u aficionado pueda utilizar calificativos distintos a los escogidos con motivo de las cinco anteriores secuelas. Cuestión, pues, de aburrimiento o de temor a resultar repetitivo o cansino. Pero, ahora que nos venden esta séptima entrega como la definitiva, me da a mi por divagar. Vamos a ello...
Que el cine de terror es pródigo en bazofias es una realidad tristemente verificable la mayor parte de los viernes en los que se estrena algo del género. Del mismo modo, todos sabemos qué ocurre cuando una peli de terror funciona y obtiene un éxito en taquilla considerable: ristra de secuelas, a cada cual peor. Y Saw no iba a ser una excepción. Pero con esta saga ha ocurrido algo que la convierte en única, en mi opinión. Creo que nunca ha habido tanta diferencia entre una primera película de una saga y sus deplorables secuelas. En otras palabras, dando por hecho que la primera es siempre la mejor, me da que Saw, la primera peli, la dirigida por James Wang en 2004, es mejor que la mayor parte de primeras pelis que dieron lugar a sagas prolíficas.
Busco y no encuentro competencia. La primera Pesadilla en Elm Street era bastante peor que Saw. Como lo era también el primer Viernes 13. Y conste que tengo buen concepto de las pelis de Wes Craven y Sean S. Cunningahm. La Noche de Halloween es, en mi opinión, algo mejor que las dos, pero creo que también se queda por debajo del primer Saw, a pesar del buen trabajo del maestro Carpenter. Y mira que me gusta a mi el primer Scream, probablemente más que Saw, pero considero que las dos secuelas que tuvo (parece que en breve se estrenará la cuarta entrega), siendo infinitamente peores que la primera, eran a su vez infinitamente mejores que los otros seis Saw.
Y es que la de Saw es una saga que cuenta con una primera peli extraordinaria y con seis bazofias detestables, la mejor de las cuales se queda a millones de años luz de la precursora. Uno recuerda aquel día de 2004, cuando vio en el cine la película de la que todo el mundo hablaba en los foros especializados, y lo hace con la sensación de haber visto la mejor cinta de terror en mucho tiempo, original, fresca, gore, sí, pero con un guión estupendo repleto de sorpresas, ya no sólo argumentales, sino de estructura narrativa y desarrollo de personajes. Y con un reparto altamente competente, con las presencias siempre interesantes de Danny Glover y Cary Elwes, en el que el mismísimo Tobin Bell quedaba relegado a un segundo plano. Y llegaron las secuelas, a ritmo de una por año, y todo se fue a tomar por saco. Con ello contábamos, pero no de una manera tan infausta.
Ahora nos llega la séptima, con el añadido, superfluo por supuesto, del 3D. Yo la he visto en 2D, que a mi desde lo de este pasado verano con The Last Airbender no me pillan más. Y, como no podía ser de otro modo, es más de lo mismo. Tratan de completar la saga, de cerrar un círculo que ya podían haber cerrado hace tiempo...Nos devuelven a un Cary Elwes que ya no pinta nada, nos ofrecen la misma o parecida cantidad de escenas gore y trampas sádicas, y punto y final. O no, que poderoso caballero...
El caso es que hace tiempo que Saw, la esencia de aqul primer film, dejó de importar. Como si los responsables de las primeras secuelas hubiesen tirado la toalla, sin intentarlo siquiera. Como si asumiesen desde 2005 que los excelsos niveles de la primera no iban a ser alcanzados, por mucho que lo intentasen. Se limitaron a la sangre, a las vísceras, y a recaudar. Legítimo es, lamentable, también.
Mejor que no me pare en detalles acerca de la trama. Creo, tras verme las siete pelis, que hay aspectos que se me han escapado, debido básicamente a la desgana con la que he ido viendo cada nueva entrega. Y mira que la segunda aún la vi con cierto interés, pero en la cuarta éste era ya nulo. Sé que la mujer del asesino encarnado por Tobin Bell siguió con los trabajitos (si no recuerdo mal, ella había sobrevivido a una de las trampas), y que después un cabroncete policía cogió el testigo. Pero me da igual, francamente.
Eso sí, a quien le gusten, que vea ésta, que no le defraudará.
Uno de los aspectos que siempre me ha interesado es la difícil frontera entre las pretensiones artísticas y económicas existentes en la industria del cine. De hecho, me interesa tanto que más de una vez me he planteado escribir un libro sobre el tema. Pero me da que la cosa tendrá que esperar, que mi tiempo no da para más.
Lo que me cabrea un poco es que puede que haya dedicado tantas líneas a Saw VII que a cosas como El discurso del Rey, The Fighter, Cisne Negro o Valor de Ley. Así que nada más por hoy.
Mi puntuación en IMDb:2.
Ficha en IMDb
Para mi, que exista un público fiel que mantenga esta saga en el cine es el mayor misterio. Todas, salvo la primera (donde coincido contigo en que es mu güena) son bastante malas, caóticas, mal rodadas y peor interpretadas, con lo que espero que algún día se me plante delante mío uno de estos fieles y me cuente cuáles son esas virtudes que yo no puedo encontrar en las secuelas de Saw y que han conseguido exprimirla hasta la ¿septima? De verdad que a partir de ese día dormiré un poco mejón...
ResponderEliminarUn saludo alienígena ;)
Tienes toda la razón, la primera es una maravilla, las siguientes una basura. Bueno, la tercera no me parecio mala, incluso tenía sus momentos, pero tampoco es para tanto.
ResponderEliminarEsta parte dudo mucho que la vea, y más a como estan las entradas para el cine en 3D.