Hace ya un tiempo que vi Winter's Bone, cuando la peli empezaba a ser considerada en festivales y en diversos foros cinéfilos de la red. Me pareció una película interesante, pequeña, bien rodada, pero, sinceramente, nunca pensé que podría tener posibilidades de figurar entre las diez nominadas al Óscar a la mejor cinta del año. La primera conclusión es que estamos ante el prototipo de película que se beneficia por esa absurda pero entendible decisión de la Academia de ampliar el número de nominadas de cinco a diez. Hace dos años, el último en el que eran cinco, Winter's Bone no hubiese sido nominada.
De la misma forma que no lo fue Frozen River, la película de 2008 por la que Melissa Leo fue candidata como mejor actriz (este año repite candidatura como actriz de reparto por su estupendo papel en the Fighter), y con la que Winter's Bone comparte muchas cosas cosas. Estamos ante un drama ambientado en esa América profunda que tanto juego da últimamente en el cine, de parajes nevados e inhóspitos, recurrentes en la gran pantalla especialmeente desde Fargo, de los hermanos Coen (yo me quedo con Un plan sencillo, cine de suspense entre montañas nevadas, una de las mejores pelis de Sam Raimi que pasó injustamente desapercibida)
Tenemos a una chica que se enfrenta a una desesperada situación económica y familiar, con un padre desaparecido y a cargo de una madre incapacitada mental y físicamente y de dos hermanos pequeños, que debe de hacer frente a una amenaza de deshaucio. Estamos, como decía antes, ante una historia ambientada lejos de la civilización, un drama rural que se desarrolla como una road movie en la que acompañamos a la chica en su búsqueda desesperada de su padre, el único que tiene respuestas para hacer frente a la dramática situación.
Jennifer Lawrence soporta todo el peso de la historia, en una interpretación destacable que sí ha sido considerada como una de las cinco mejores del año. Como el de Hailee Steinfeld en Valor de Ley, estamos ante uno de esos papeles de joven chica de carácter, siempre atractivos para el público, con su falta de complejos ante seres despreciables que le rodean y para los que siempre tiene una frase lapidaria.
Pero creo que la historia no da para mucho. El interés se limita a la actuación de su protagonista y a esa sensación de desarraigo fruto de una ambientación que sin duda contribuye a aumentar la carga dramática. Winter's Bone se queda por detrás de varias de sus compañeras de nominación, en cuanto a empaque y consideración de historia más redonda y completa, aunque sea de alabar el trabajo de la directora y guionista Debra Granik, creadora de una pequeñísima cinta de importantes virtudes.
Es cine de Sundance, en donde logró los premios a la mejor película y al mejor guión original, pero es el típico cine que nunca se hubiese estrenado aquí, de no haber sido por la ayuda del Tío Óscar. En ese sentido, hay que alegrarse por ese efecto de los premios, que permite que se estrenen en nuestro país películas interesantes como ésta, o como Precious el pasado año. Resulta llamativo que en las décadas de los 40, 50 y 60, cuando se producían cada año más de veinte pelis maravillosas, ni se considerase la opción de aumentar el número de nominadas de cinco a diez. Y ahora, cuando se hacen muchas menos obras maestras cada año, sí se lleva a cabo la medida.
Con todo esto quiero decir que, en mi opinión, Winter's Bone es una buena peli, pero que no está entre las cinco mejores de 2010.
Mi puntuación en IMDb:6.
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